Se sabe que la capacidad de los tejidos conectivos y musculares de cambiar su arquitectura en respuesta al estiramiento es importante para su función, reparación y rendimiento adecuados. Desafortunadamente, iindependientemente de la gran relevancia del tema, dentro del ámbito del rendimiento deportivo y en la población general, aún no ha sido ampliamente estudiado. Sin embargo, hay algo de información al respecto y esto es lo que revisaremos en el siguente texto.

Se ha demostrado por la experiencia anecdótica que el estiramiento intenso y cargado tiene un efecto mucho mejor en la movilidad de las articulaciones y mejora el rendimiento en general, pero este enfoque también es el más peligroso para la integridad de los tejidos si se aplica incorrectamente. Para entender mejor este tema es importante diferenciar entre flexibilidad y movilidad. La flexibilidad se define como “la capacidad de un músculo o grupo de músculos de alargarse pasivamente a lo largo del rango de movimiento”, mientras que la movilidad se especifica como “la capacidad de la articulación para moverse activamente en la amplitud de los rangos de movimiento”. Hay muchas investigaciones que respaldan una disminución significativa real en el rendimiento de los atletas que han estado usando estiramientos pasivos en sus programas de entrenamiento y un alto riesgo de lesiones, especialmente para aquellos que los han estado usando como calentamiento. (Colegio americano de medicina deportiva, 2018; Garber et al, 2011) Aunque no se han realizado tantos estudios comparativos sobre este tema para llegar a una conclusión clara. El único estudio comparativo relevante que encontré fue realizado en 2017 por A. Notarnicola, F. Perroni, A Campese et al que mostró un efecto negativo general del estiramiento pasivo en la producción de fuerza, la velocidad y la actividad pliométrica, mientras que los métodos activos de estiramiento como el de la facilitación neuromuscular propioceptiva han mostrado mayores mejoras en el rendimiento general de las articulaciones involucradas en acciones como saltos y sprints. También encontraron que los métodos de estiramiento dinámico mostraron un efecto menor en la flexibilidad general, pero aumentaron la fuerza muscular en todos los rangos de movimiento y mejoraron el rendimiento, aunque de manera insignificante. Los ejercicios de estiramiento postural global han demostrado un efecto positivo en la fluidez de movimiento general de los sujetos.

Este último hallazgo ha sido respaldado por la investigación en el campo del manejo del dolor y la recuperación de lesiones. Ahora es ampliamente conocido en la comunidad científica que el papel principal en el desarrollo de la función articular adecuada lo lleva el sistema nervioso central, por lo que la mejora del rendimiento o la corrección del daño del aparato musculoesquelético deben abordarse a través de él. Si bien un enfoque de disfunción estructural podría ser efectivo en algunas poblaciones, especialmente con tipos agudos de lesiones, su efectividad sigue siendo limitada en personas que sufren de condiciones de dolor crónico. (JS. Roy, LJ Boyler et al, 2017) Este último nos muestra que para tratar con éxito una disfunción musculoesquelética y mejorar significativamente el rendimiento físico en las personas, el enfoque efectivo para el desarrollo de la función articular debe incorporar tanto la función central (sistema nervioso) y cambios periféricos (a nivel de las articulaciones).

El sistema nervioso también se encarga de prevenir el daño en el aparato locomotor. Es importante entender esto en la preparación física de las personas, especialmente aquellas que exigen mucho de su sistema musculoesquelético. El sistema neuromuscular controla la cantidad de movimiento que puede ocurrir en la articulación y, en última instancia, es responsable de que el tejido articular no se dañe. Un desarrollo adecuado de los rangos de movimiento en las articulaciones también puede prevenir enfermedades relacionadas con la edad y el deterioro de la movilidad relacionado con el envejecimiento. Algunos estudios también han demostrado un vínculo entre la actividad física que mejora la función musculoesquelética general como mecanismo preventivo para una serie de enfermedades autoinmunes. (J. Gerontol, A. Biol, 2015)

En la literatura se han identificado 4 parámetros principales que influyen en la disminución o aumento del rango de movimiento en la articulación: intensidad, duración, frecuencia y posición. (Wyon et al, 2009) La aplicación de muy poca fuerza puede no producir ningún resultado, mientras que la fuerza excesiva puede producir daño en el tejido y provocar una respuesta inflamatoria. La posición adoptada durante el estiramiento influye en la magnitud de la fuerza aplicada, por lo que debe elegirse con cuidado y de acuerdo con las limitaciones actuales del tejido. La misma cantidad de fuerza aplicada a una articulación sana puede inducir más daño en una disfuncional, por lo que es importante comprender la condición de la articulación en cuestión antes de elegir los métodos de estiramiento.

La adaptación del músculo a la fuerza aplicada se refiere a la plasticidad muscular: la capacidad de cambiar su estructura y función. Las fuerzas que se aplican al sistema musculoesquelético cambian la composición celular del tejido conectivo que da como resultado la adaptación a la carga mecánica y el consiguiente cambio de la condición del cuerpo. (Salameh y Dhein, 2013) La capacidad adaptativa de nuestros tejidos es lo que nos permite tener un impacto activo en nuestro rendimiento, corregir desequilibrios en la estructura del cuerpo e incidir en los cambios naturales relacionados con el envejecimiento. No se ha realizado una cantidad significativa de investigación sobre el enfoque del estiramiento que pueda mostrar comparativamente qué enfoque en concreto conduce al resultado más deseado en todos los casos específicos en entornos tanto terapéuticos como atléticos, pero es de esperar que más personas que hagan esta pregunta creen una nuevo paradigma que abrirá el camino a mejores y más concluyentes investigaciones en esta área.

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