Durante muchos años se ha pensado que no se puede desarrollar una habilidad física a cierta edad a no ser que tuviésemos las habilidades requeridas para ella. Esta idea aún restringe nuestra decisión a la hora de elegir nuestro entrenamiento físico y, sería un buen alivio para mí personalmente si esta falsa información llegara a cuanta más gente posible. 


Empecemos con el talento. Imagínate… de niño, ves a un gimnasta, bailarín, artista de circo…te inspiras y en seguida corres a pedirles a tus padres que te lleven a una escuela de aquello que te dejó con muchas ganas. Tus queridos padres te llevan allí, y después de evaluar tu físico, el entrenador decide qué disciplina va ser tu futuro. Es una historia muy común, ya que las escuelas de Ballet no aceptan ni bajitos ni regordetes, aunque igualmente se cambian a cierta edad. Las instalaciones de gimnasia ni siquiera prestan atención a un niño alto, aunque ha habido medallistas olímpicos altos. Detrás de cada una de estas historias hay lágrimas, frustraciones y traumas para el resto de la vida de estos niños y esto puede matar todo intento de hacer un entrenamiento físico. Se suele obligar a los niños a hacer todo aquello que les ‘encaje’, pero, no todo aquello que les fascine.

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Es un gran error y me hace sentir muy triste el hecho de que esté pasando hasta la fecha, aun cuando ya existen regímenes de entrenamiento que puedan convertir cualquier niño en campeón olímpico o artista a nivel mundial. El problema es que los niños que no poseen predisposiciones genéticas muy claras requieren más tiempo, planificación y esfuerzo. ¿Quién querría eso, ¿verdad?  


Esto nos lleva a la segunda parte del problema: los adultos no se ven con una buena base para moverse. Aun cuando se esfuerzan de vez en cuando para ir de un gimnasio convencional para el otro, la falta en la mayoría de las instalaciones de fitness de un proceso inteligente para la adquisición de la habilidad y de una aclaración básica sobre el movimiento humano les deja reacios a volver a probar cualquier movimiento físico significativo de nuevo. De esta manera, una gran parte de la población cree que su cuerpo está destinado a sentirse débil y torpe, sólo por el hecho de creer que “no están hechos para ello”. 

Tengo novedades para ti: toda esta información ya está anticuada. Hay muchas pruebas que lo justifican. En primer lugar, sabemos que, si empezamos cualquier ejercicio físico a una edad muy temprana, tendremos efectos positivos en todos los aspectos del desarrollo humano, incluso en habilidades sociales y cognitivas. (L. Hestbaek, ST Andersen et al, 2016). 


Nuestro cerebro apto al cambio. Esto significa que pasa por un cambio constante según la aportación continuada de la información sensorial externa. Durante muchos años se ha considerado como un privilegio solamente para las generaciones más jóvenes, sin embargo, ahora somos conscientes de que podemos desarrollar y mejorar nuestras habilidades a lo largo de la vida, sobre todo, si el ambiente que nos rodea es rico de una variedad de estímulos (Diamond et al., 1971). Es verdad que la capacidad del cerebro de cambiar es realmente mayor a una edad temprana; durante las primeras etapas de desarrollo, el aprendizaje de las habilidades motrices es superior a otras etapas de personas mayores. Por este motivo, es muy importante que el niño esté expuesto a diferentes tipos de estímulo. Aun así, todavía hay esperanza para todos nosotros. 


La plasticidad neuronal es algo maravilloso. Nuestro cuerpo está enfundado en una red de células que aporta sensores de nuestro ambiente constantemente y, a cambio, las señales se transforman en información que se encarga de la producción. Parece algo simple, pero es un sistema muy complejo, el cual nos permite disfrutar de unas características maravillosas que nos distinguen de otros seres humanos, como, por ejemplo, tener la capacidad de memorizar cualquier tipo de información, reconocer caras conocidas, hacer cosas con sentido, crear arte, cantar, aprender idiomas, entender direcciones, construir relaciones con otra gente, etc. Este proceso controla absolutamente todo de manera innata sin que nos demos cuenta. Una de las características más prácticas de la plasticidad neuronal de nuestro cerebro es la adquisición y la retención de inmensas cantidades de habilidades motrices. Éstas se refieren a la coordinación muy fina del movimiento muscular y está demostrado que esto se puede cambiar a cualquier edad en una gran parte de seres humanos sanos. (Malkasian and Diamond, 1971)

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Cualquier habilidad compleja es como una forma general que se puede deshacer en pequeñas unidades. Las habilidades están presentes en nuestro sistema nervioso central como un patrón neurológico. Estas conexiones deben crearse para que se fortalezcan después de la repetición de la acción que se quiere. (Classen et al., 1998; Verstynen and Sabes, 2011). La primera fase del aprendizaje suele llamarse la fase rápida –cuando se nota una mejora rápida al cabo de las primeras sesiones. Normalmente, notamos un cambio en la coordinación muscular general. Este cambio varía dependiendo del fondo y del estado físico de cada uno, aunque la base para adquirir la habilidad depende esta fase. La siguiente fase del aprendizaje es lenta y constante, e implica menos mejoras a lo largo de una temporada. Es en esta fase cuando la disección del talento adquirido cobra importancia, porque para la mayoría de los adultos que quieran aprender unas habilidades motrices complejas, esa es la fase esencial. Las mismas características que hacen que estos cambios en la plasticidad neuronal sean posibles, también llevan a crear hábitos difíciles de romper (me gusta usar la analogía de una pista de patinaje que se acaba de abrir y otra que se ha usado varias veces. Si patinamos en una pista usada, siempre nos resbalamos en el mismo camino y no es fácil huir de ello. En cambio, podemos formar el camino que queramos en la nieve recién caída). Esto significa que hemos de asegurarnos de que estemos creando nuestro camino correcto desde el principio. El análisis correcto y adecuado de una habilidad adquirida desempeña una función decisiva en establecer una habilidad estable. 


Además de la división lenta y rápida, el proceso del aprendizaje puede dividirse en las siguientes etapas: 

  1. Codificación

  2. Consolidación

  3. Retención y recuperación

La codificación tiene lugar durante las sesiones de entrenamiento y coincide con la fase de aprendizaje rápida. Esto es cuando la experiencia se convierte en una verdadera construcción en el cerebro. Hasta esta fase, el camino está descuidado y poco manejado, ya que implica mucha señalización innecesaria. No está tan preciso como lo quisiéramos, ya que no hay control sobre ello. Utilizamos muchos recursos de todo tipo, aunque no tengan mucho que verse, sin embargo, esto solo es el principio. En esta fase, creamos una forma con la que podemos trabajar. 


La consolidación es una fase intermedia entre el aprendizaje rápido y el lento. Es el proceso de crear las rutas neurológicas que solo afectan a las células neuronales necesarias para esa habilidad en concreto. El proceso consiste en activar y coordinar solamente los músculos que necesitamos para realizar el movimiento. Esto pasa entre las sesiones de entrenamiento, cuando el cerebro está procesando y organizando la información recibida. –Ese es uno de los motivos por el que las horas de sueño son fundamentales. 

Our project is created by people who move for people who move. We preach the beauty of human body and it's capabilities. We aim for education and creating the community of people who speak the same language. We encourage development. The Bamboo Body is a place to reshape your practice.


La última fase es la retención y ocurre simultáneamente con la fase del aprendizaje lento. Esto es cuando las habilidades aprendidas se consolidan, forman caminos sólidos en el cerebro y se comprometen con la memoria muscular, es decir, son accesibles en cualquier momento. Esta fase puede tardar unos años para adultos, dependiendo de su fondo y de lo que se aprende exactamente. Después de aprender una habilidad en esta fase, se pasa a otra para que se expanda nuestro archivo del movimiento. Además, cuanto más nuestro cerebro esté entrenado para aprender algo nuevo, más fácil será el aprendizaje seguidamente. Finalmente, un proceso inteligente debe llevarnos a crear patrones cada vez más diversos y que faciliten la adquisición de otros nuevos. Es en este punto cuando le suele llamar ‘talento’. 


la adquisición de la habilidad es un esquema difícil desde la perspectiva del cambio de la plasticidad neuronal y tiene el objetivo de demostrarte que la edad y el fondo de cada uno no tiene mucha importancia, ya que todo se puede conseguir. Pero eso sí, todo depende del tiempo y el esfuerzo que te dispones a dedicar a ello. Está claro que existen ciertas limitaciones para algunos individuos, pero, desde un punto de vista más amplio, no hay ningún motivo que te impida empezar a hacer boxeo, bailar, hacer acrobacias o cualquier cosa que te atrae a cualquier edad. Y si es algo que siempre has querido hacer, te prometo que nada te hará más feliz. 

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